Hoy decido caer en el abismo de los blogs. Muy a mi pesar.
La existencia del ser humano al parecer está circunscrita, en este siglo, a internet. Shakespeare no se imaginó que para existir había que pertenecer a una red social en el ciberespacio. "Ser o no ser" transformado en una página llena de códigos, letras e imágenes, cuya certeza, es, a veces, dudosa.
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